“Creo que una experiencia de vida pueda inspirar a la gente a buscar más libertad,
porque todos somos mucho más libres de lo que pensamos.”
Daniel Pouzet
se graduó como arquitecto de la Escuela de Arquitectura de París, sin embargo
ya había estudiado esa carrera en su natal Rumania.
Más allá de esa disciplina,
su actividad profesional gira en torno al diseño industrial, arquitectura de
interiores, creación de objetos y mobiliario, así como la gestión de diversos
proyectos de estos ámbitos en varios países. Amante de los viajes –recorrió
todo el continente americano, desde Alaska a Tierra del Fuego en un viaje
famliar que duró tres años-, es además un firme creyente en la apertura y en la
flexibilidad como actitudes propiciatorias para la evolución creativa.
En 1996 conoció
a Philippe Starck, diseñador francés con el que comenzó a colaborar en
proyectos como los hoteles Sanderson y St. Martin’s en Londres, el Hudson en
Nueva York y el Yacht Wedge Too en el Astillero De Vries en Amsterdam. En el
año 2000 se asoció con el arquitecto y diseñador Jean-Marie Massaud, con quien
llevó a cabo el diseño y construcción del Estadio Omnilife de las Chivas de
Guadalajara en México y la dirección artística de las boutiques y spas de la marca Lancôme en Hong Kong, París y Shangai,
y el diseño de los salones internacionales de Renault en París, Ginebra, FrankFurt
y Tokio.
Hoy en día, colabora con Dedon en Alemania y Hong Kong,
y su despacho, el Atelier Pouzet, trabaja en proyectos como el Hotel 25 Hours
en Barcelona y la arquitectura vertical del Sage Vertical Gardens de Chicago,
entre otros.
Daniel Pouzet colabora con Pirwi desde 2014 y sus productos ya se han colocado entre los clásicos del catálogo. En esta entrevista Daniel nos platica sobre su profesión y colaboración con Pirwi así como su experiencia trabajando en México y otros países.
Pirwi: ¿Por qué estudiar arquitectura?
Daniel Pouzet: Pasé toda mi infancia y adolescencia dibujando, así que debía
hacer algo con eso. Inicialmente quería ser diseñador de automóviles, pero
afortunadamente no se podía estudiar eso en Rumania. Ahora sé que no habría
sido una buena elección, porque encajas en una dirección estrecha, y me gusta
la evolución. Me interesa hacer cosas que no he hecho antes. Cuando terminé de
estudiar en Francia, mi primera colaboración fue con Philippe Starck. Viajé a
Estados Unidos, Inglaterra, tomé barcos en Holanda, así que mi carrera arrancó
viajando. Después me asocié con Jean-Marie Massaud, hicimos proyectos en
diferentes países. Después me fui a viajar con mi esposa y mis tres hijos –las
más pequeña tenía 10 meses- en una casa rodante.
Fue maravilloso, una locura deliciosa. Viajar debería ser
obligatorio, como lo es estudiar, y descubrir el mundo, las diferentes culturas
y propiciar la tolerancia.
He vivido en el trabajo y en mi vida personal experiencias
culturales muy interesantes y enriquecedoras.
P:¿Qué es lo que más disfrutas de tu profesión?
DP: La variedad en lo que hago. Todos mis proyectos están repartidos
en el mundo, y casi todos se transforman en experiencias culturales. Así que mi
trabajo es una mezcla de viajes, cultura, de cosas nuevas, de tocar todo, con
un sabor que para mí es muy importante, que me inspira y me carga las baterías.
Lo que más disfruto es la variación, de los productos, de las escalas, de todo.
P: ¿Cómo fue tu primer contacto con México?
DP: Raro. Cuando Jorge Vergara nos dio la posibilidad de hacer el estadio de las Chivas, nuestros amigos en Francia hablaban insistemente de los peligros del país. Pero por otro lado, en Europa, en Francia específicamente, nadie te pediría que hicieras un estadio cuando no tienes experiencia de ese nivel. Cuando nos presentaron a Jorge en un restaurante, él nos platicó su idea y nos preguntó: “¿lo pueden hacer?” Lo preguntó sin dudarlo, respondimos que sí, y lo hicimos. Fue una cuestión de confianza total y una experiencia increíble. Tengo mi historia de amor con México.
P: ¿Qué estás haciendo con Pirwi y
cómo empezó tu relación con la marca?
DP: Conocí a Alejandro Castro en Guadalajara. Iba a presentar una
colección donde había cosas muy variadas y me di cuenta de que yo entraba en la
filosofía de Pirwi. Me encantó el proyecto, el componente humano y la filosofía
de la empresa; las consideraciones de sustentabilidad que tienen, la visión global
del negocio y por supuesto la calidad de los materiales con los que trabajan. Inmediatamente
quise trabajar con ellos. He hecho dos sillas y vamos a ver pronto que más hacemos.
Ha sido una muy buena experiencia.
P: ¿Qué piensas de la escena del diseño en México?
DP: Es sumamente interesante, están sucediendo muchas cosas,
especialmente en la Ciudad de México. Para un turista cultural, la evolución
del diseño y la arquitectura en este país resulta materia de estudio. Las
exposiciones, galerías de arte, el interés de la gente para acercarse al arte e
invertir en él. El mercado mexicano ofrece un gran potencial para el arte y
para el diseño.
P: ¿Cómo es tu proceso creativo?
DP: Les daré algunas pistas. La primera es que no me gusta trabajar en la oficina; me gusta, por ejemplo, encontrar la inspiración viajando, en aviones, en la playa, en cualquier lugar, pero que no sea fijo. Estoy mucho en movimiento: cuando salgo, mi oficina viene conmigo. Creo que es una cuestión de estilo, una manera contextual de abordar los proyectos. Te puedo enseñar proyectos que estoy haciendo ahora, que no te puedes imaginar que son de la misma persona, y eso me divierte. Depende también de cada día; creo que si hago un proyecto hoy, será muy distinto al de mañana.
P: ¿Qué significa para ti el diseño?
DP: Es el placer de imaginar cosas y darle una piel deseable, linda, y una función. Para mí, las cosas definitivamente deben ser deseables. Un producto debe responder a una necesidad clara y ser deseable. El diseño es un juego en el que se trata de imaginar y concretar.
P: Muchas gracias, Daniel!